Critiques/Reseñas

Una pequeña gran novela

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En las sesenta páginas que necesita para contar la historia de Augías, ese pueblo que puede ser Armero, pero también Sodoma o Gomorra o un paraíso (terrenal) hippie como alguna vez lo fue Villa de Leyva, Juan Sebastián Rojas recurre a muchas voces, a muchas historias que se cruzan, a mucha metaliteratura y paraliterautra, a muchas técnicas narrativas y a muchas menciones de paso, que esconden homenajes, el más evidente de ellos a Las Inmortales del haitiano Makenzy Orcel, cuyo argumento transportado de las calles de Puerto Príncipe a un pueblo en los montañas de Colombia constituye uno de los ejes de la historia y da título a El Inmortal, la primera novela del joven autor caleño.

Pero “muchas” (voces, técnicas, historias, etcétera) no quiere decir “demasiadas”. La justa medida en la experimentación, sin temores pero sin excesos, es el gran mérito de El Inmortal, porque a pesar de que las primeras páginas anuncian una lectura exigente, la narración encuentra rápidamente su ritmo sostenido, una pura vocación de avalancha, al punto que, gran indicador del éxito de una novela corta, el lector terminará por hacer todo lo posible para terminarla de una sola sentada.

La brevedad del relato es una muestra de modestia que funciona perfectamente y no es impedimento para que Rojas logre diferenciar los registros de sus personajes, juegue con las contradicciones en la versión que cada uno da de lo ocurrido y vaya desenvolviendo los hechos con la gracia de los contadores de historias, los griots, que han influenciado a varios autores africanos,contemporáneos que Rojas conoce bien y cuyos nombres desfilan por el libro.

Si todo se monta en la tramoya de una narración “postmo”, todos sabemos Roberto Bolaño y demás, el mayor mérito es que lo olvidamos, un homenaje que está ahí pero no estorba, no se quiere pretencioso y no lo es y sobre todo no oculta lo esencial, la historia de Harol Pachón, y el Polaco y Casquitos y Valdemar, todos poseídos por los demonios acalorados de un trópico que se trepa a las montañas hasta derrumbarlas, todos amando hasta la muerte y (sobre todo) después de ella.

Un pensamiento en “Una pequeña gran novela

  1. Pingback: Ricardo Abdahllah reseña «El Inmortal», de Juan Sebastián Rojas - Editorial Verbum

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