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Ian Gillan no está resfriado

publicado en Rolling Stone

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Es el final de una tarde de enero en París. La cita estaba concertada para las seis y media. Llegué a mediodía. Vale la pena ver cómo se monta el escenario para el concierto de una banda como Deep Purple. El primer músico en llegar es Don Airey. Lleva gafas a lo Lennon y una maletica de ruedas del tipo que siempre me ha parecido incómodo. Ian Gillan aparece casi a las siete. Entra como si fuera uno más del equipo de gira: solo, saludando a todo mundo y pidiendo disculpas por el retraso. «No he comido nada», dice, «necesito dos minutos». Y yo tengo un par de minutos extra para recordar mis dos propósitos.

El primero es no mencionar ‘aquella canción´. La banda tiene un montón de cosas mejores que su tema más famoso y no vale la pena poner a Ian a contar otra vez la historia del incendio del casino de Montreux durante un concierto de Frank Zappa y cómo Purple se las arregló para grabar Machine Head en los corredores de un hotel.

El segundo, bueno, permítanme contarles acerca de Fabián Martínez. Es uno de mis mejores amigos y en la navidad del 2004 interrumpimos la fiesta para poner un compacto de Purple. Queríamos cantar ‘Fireball´ y ‘Highway Star´. Días antes de la entrevista, Fabián me escribio: «Ian Gillan dijo una vez que lograba alcanzar notas tan altas gracias a sus pantalones apretados. No olvides preguntarle por eso».

Ian Gillan está sentado en una de las cinco mesas del comedor improvisado en el backstage y come una sopa con baguette con el mismo afán con el que se la sirvió del buffet. Había dicho dos minutos y tarda menos que eso. «De acuerdo», dice, «comencemos».

Hay una mesa y dos sillas, una repisa con botellas de vodka y jugo de naranja y una nevera. «Por favor», dice Ian, «tomen lo que quieran». Revuelco el hielo y entre latas de Red Bull, Orangina y Coca-Cola encuentro una Heineken para mí y otra para el fotógrafo. Ian nos las pide para destaparlas y nos dice que lo sigamos.

Fue en París donde en el 96 Deep Purple grabó Live at the Olympia, el décimosexto álbum en concierto de la banda. Otro de sus directos, Made In Japan, es considerado uno de los mejores álbumes en vivo de la historia. El público siempre espera descargas de energía como esas y uno no deja de preguntarse cómo Ian, luego de tantos años en la carretera, puede mantener ese nivel noche tras noche.»Es música. Mis compañeros son músicos fantásticos que practican seis horas diarias aunque estén de gira y tienen una gran capacidad para improvisar. Las canciones tal vez se repitan, pero nunca hacemos dos veces el mismo show. La improvisación mantiene las cosas frescas. Todavía siento mariposas en el estómago cada vez que subo al escenario».

Lo que resulta en más de cuarenta años de mariposas, porque Ian Gillan, después de escuchar desde los once a Elvis, Buddy Holly y Little Richard, formó a los dieciséis su primera banda. A los veinte comenzó a tocar en serio en Episode Six junto a Roger Glover. El diez de julio de 1969, él y Roger se presentaron por primera vez en el Speakers Club de Londres como parte de Deep Purple. Ese día se estrenó la formación «clásica» que duró hasta el 73. Por la banda han pasado cuatro vocalistas, tres guitarristas, tres bajistas y dos tecladistas en diversas combinanciones. La formación actual incluye a tres miembros de la formación del 69 [Gillan, Pace y Glover], al guitarrista Steve Morse y al tecladista Don Airey. Considerando que Don entró cuando Jon Lord dejó la banda en buenos términos por razones personales, esta formación de diez años ha sido la más estable en toda la carrera de la banda. ¿La mejor formación de Deep Purple? «Depende de cómo lo mires. Yo diría que la mejor formación fue la original de Simper/Blackmore/Pace/Lord/ Evans. Yo era un gran fan y tenía sus discos. En cuanto a la formación del 69, tuvimos dos muy buenos años, pero luego la música dejó de funcionar. En una banda puedes soportar lo que sea si la música funciona, pero en un momento perdimos la confianza y la capacidad de improvisar. Nos aburrimos. La formación actual es fantástica. Yo diría que en términos musicales es fácilmente igual a la formación del 69. En términos personales, mejor. Además nuestro último álbum es el que más ha vendido desde Machine Head».

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