Cuando me dicen “¿Es verdad que usted fue profesor?” se me dispara una máquina de recordar y es una de esas raras ocasiones en las que hablo y hablo sin aburrir a quien me escucha, porque todo lo que cuento es bello. Sigue leyendo
Cuando me dicen “¿Es verdad que usted fue profesor?” se me dispara una máquina de recordar y es una de esas raras ocasiones en las que hablo y hablo sin aburrir a quien me escucha, porque todo lo que cuento es bello. Sigue leyendo